Es el SESGO DE CONFIRMACIÓN, una tendencia natural del ser humano a dar más importancia y credibilidad a los datos que encajan con nuestras creencias.
Esta acuarela de María Maza refleja de maravilla como nos atrincheramos detrás de una barrera y con los oídos tapados para no dejarnos convencer.
Por ello, sin darnos cuenta:
- Buscamos insistentemente noticias y medios que apoyen nuestras opiniones. (Y los algoritmos se aprovechan de ello para mandarnos más de lo mismo).
- Nos rodeamos de personas que interpretan la realidad igual que nosotros. (“¿Ves? ¡Si todos pensamos igual!”).
- Nos irritamos cuando alguien expone una opinión contraria a la nuestra. Y cada vez sube más la irritación hasta que estallamos.
- Buscamos experiencias que nos reafirmen e ignoramos las que nos contradicen.
- Proclamamos a los cuatro vientos que la ÚNICA verdad es la nuestra. (“¿Cómo los demás no lo ven, si está tan claro?!).
- Escuchamos para contestar, no para entender.
- Descartamos ideas que podrían ser útiles o valiosas, sin darles ninguna oportunidad. (“¡No, no, ni me lo cuentes!”).
- Nos negamos la posibilidad de entender otros contextos, otros colectivos, otras formas de vida que, en realidad, son tan válidas y razonables como la nuestra.
- Nos sentimos amenazados cuando oímos argumentos contrarios a nuestra idea, en lugar de aprovechar para ampliar nuestra visión del mundo.
Este sesgo puede ser peligroso llevado a extremos, porque destruye relaciones a nivel personal, profesional y social. ¿Y si mejor activamos la CURIOSIDAD?. Quizás así nos enteramos de verdad de qué va la vida que tenemos delante.
Ilustración: María Maza
Instagram: @mazasart